Archivos familiares y personales

En Italia, muchos archivos estatales conservan archivos o papeles de procedencia privada: los archivos familiares y personales son sin duda uno de los recursos más valiosos entre las fuentes privadas indispensables para la historia familiar y el género biográfico.

Los archivos gentilicios están estrechamente vinculados a la tradición de la nobleza italiana que, en la diversidad de realidades geopolíticas de Italia en las épocas medieval y moderna, desempeñó a menudo un importante papel político, social y económico. Ello ha dado lugar a la multiforme variedad documental presente en los archivos familiares en los que, además de, en ocasiones, documentos públicos debido a los cargos desempeñados por los miembros de la familia, se conservan generalmente las series de documentos administrativo-contables relativos a sus bienes y actividades económicas, así como núcleos de correspondencia privada, diarios, pero también planos, dibujos y álbumes fotográficos.

En las últimas décadas de la sec. A los archivos familiares del siglo XIX se han unido los archivos personales, producidos por personalidades de la política, la cultura, el arte, las profesiones (arquitectos, ingenieros, periodistas, abogados, etc.), la economía (empresarios, comerciantes, etc.) pero también, cada vez más, por gente corriente, protagonistas activos de la vida social de su tiempo. Junto a los documentos que atestiguan la vida privada y las relaciones personales de sus productores, estos archivos suelen conservar documentación sobre sus actividades profesionales y su participación en la vida pública.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX y, posteriormente, a lo largo del siglo XX, numerosos archivos familiares y, más tarde, personales pasaron a formar parte de los fondos documentales de los Archivos Estatales, gracias a donaciones, legados, compras o depósitos.

La consulta de estos archivos para los interesados en reconstruir la vida y las actividades de sus antepasados puede ser muy importante, porque guardan materiales que no sólo contienen información valiosa sobre las personas y familias que los produjeron, sino también documentos, cartas, fotografías y otros testimonios significativos sobre quienes se relacionaron con ellos, ya fuera por motivos personales o empresariales. Si tiene indicios de que uno de sus antepasados tuvo algo que ver con una familia o persona cuyo archivo ha llegado hasta nosotros, merece la pena buscar en sus archivos, que pueden albergar interesantes descubrimientos.

Cabe señalar que muchos de estos archivos se conservan también en bibliotecas públicas, institutos culturales, centros de documentación, universidades y, no pocas veces, en domicilios particulares, ya sean de sus productores o herederos, directos o indirectos. La protección de estos archivos la ejercen las Superintendencias Archivística y Bibliográfica, que también se encargan de emitir la declaración de interés histórico de especial relevancia. Se puede recurrir a ellos para acceder.

En Internet se pueden encontrar descripciones de los archivos familiares e indicaciones sobre su ubicación, en el caso de los conservados en archivos estatales en el Sistema de Información de Archivos Estatales (SIAS) y para los conservados por instituciones y organismos no estatales y por particulares en la Sistema de Información Unificado de Superintendencias Archivísticas y Bibliográficas (SIUSA) o, en cualquier caso, en el Sistema Nacional de Archivos (SAN).